RELOJ

domingo, 7 de octubre de 2012

Ideales de cuna


En nuestra cultura occidental existen algunas formas de pensamientos esquemáticas, simplistas, tópicas que utilizamos para esconder nuestros propios defectos y agredir física o verbalmente a otras personas, u otras culturas o  costumbres diferentes. Esto demuestra muy poco a favor de quién así piensa; demuestra una maduración personal bastante deficiente y una mentalidad muy estrecha: ¨es más fácil ver la joroba de otra persona que la tuya propia¨.

Es verdad que muchas veces confundimos actividades individuales o de un sector del pueblo, para cargar contra toda una comunidad.

Te animo a que viajes a la  distancia que hay entre personas de diferentes raza o color que la tuya; viaja y vuelve con la visión enriquecida de algo diferente que lo tuyo,    trátalo ante de juzgarlo.

Pero hay que viajar con el espíritu abierto, preparados para empaparse de conocimientos y vivencias.

El racismo y la xenofobia puede ser consecuencia de este tipo de mentalidad cerrada y egoísta, aunque a veces se mezclan situaciones económicas, políticas y sociales de difícil situación; ahora bien:

-        ¿que da derecho a una persona a sentirse superior a otra?

-        Acaso, ¿tanto dinero hace la gente más perfecta?

-        ¿quizás unos conocimiento culturales y científicos hacen más felices a quién los posee?

-        ¿Pertenecer a tal nación o ser de tal raza o cuál sea tu religión significa ser mejor que cualquier otra persona diferente?

Los patrones culturales propios sirven para identificarnos como parte de la  comunidad, para darnos seguridad y sentirnos acogidos. Pero por encima de todas y cada una de las culturas humanas existe la persona en sí misma.

Lo importante del ser humano es eso precisamente: ser persona, y ser persona significa respetarse a sí misma y a los demás, significa estar abierta a otras formas de entender la vida, a aprender de los demás.

Tenemos que ser capaces de convivir todos juntos, porque si no se convertiría todo el continente en batallas estériles y nos conducirían al odio y al enfrentamiento.

Esta mística resumida tiene como pauta,  mantenernos dentro de las reglas del respeto, de la tolerancia, para no caer en pensamientos malos e indeseables.

                                                                 Manuel Carrasco


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