RELOJ

sábado, 6 de octubre de 2012

Entre ramas de canela


El flamenco va como peregrino de espíritu por el yermo inmenso de los desconciertos. Los que están y los que dicen que saben, gustar le puede gustar ,claro que sí,  pero…  gritan todos a la vez pretendiendo que sus teorías o sus pobres convicciones sean escuchadas con religiosa atención.

Afortunadamente  existen apasionados a este arte que le  duele y le  gusta a la vez, y están encaramados a la fe dos  una frases emblemáticas “  La  vida pone a cada uno en su sitio” , “ Y no pregunté el porqué que el tiempo te lo dirá”.

Únicamente la pasión de fe es capaz de hacer creer a las personas que alcanzarán una felicidad de pensamiento, espero y deseo que sea a corto plazo, porque estamos al borde del abismo.


En el fondo del flamenco hay una sombra y, más allá de dicha sombra, la plena conciencia de la verdad desconocida.

La verdad es el enigma indescifrable que a todos nos preocupa. Pero la verdad existe, podrá ser verdad el Sí o el No,  o la diferencia  o el alma del caos, pero que existe y soluciona es innegable.

Y si la utilizamos podríamos borrar diferentes preguntas sobre algo tan nuestro como es el flamenco¨:

¿ Por qué cuesta tanto esfuerzo en apostar económicamente  para  fomentar el arte, y se gastan sin miramiento capitales en otras modalidades?

¿ Verdaderamente gusta o es por obligación?

¿ Por qué la crisis ataca  en primer lugar al flamenco?

¿ Y porqué tenemos que callar y seguir así hacia delante ?

En definitiva lo cierto es que conocer se puede hacer con las nuevas tecnologías, pero no se sabe, ni se ve, ni se comprende, y este si es el problema.
                                                                            Manuel Carrasco

 

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