Tuve la suerte de compartir sus sentimientos de gitano y de
artista en una noche de sábado en el programa de radio Camelamos nakerar. Nos
dejó su sabiduría en conocimientos, su personalidad en el colmo del placer, y
para poner el broche a un programa de radio , nos tocó la guitarra a compás de quilates de oro.
Paseamos en su coche Mercedes color celeste con asientos de
cuero blanco y con un sonido mágico y puro de su radio, Agujeta por seguiriya,
hasta encontrar aparcamientos en algún rincón de nuestra localidad. Paseamos
por la plaza y la gente le saludaba, se quedaban mirándolo, porque derrochaba
arte solo con pasear, imaginaos si lleva la guitarra encima lo que podía haber
formado en aquella noche de sábado .
Se acogió a nuestro grupo,
nos hizo compás y nos dejó una semblanza de su baile para el recuerdo.
Me quedo con su palabras en el programa “ Manuel Carrasco tu nakerar tela de
bien, larga vida para tu programa porque esto no lo hay en ningún sitio”, “esto
si que es gitano, quiero repetir”.
Pero este 10 de agosto del 2011 llegó con bravura para
llevarse un artista más con Dios, tocaor
que al nacer le lavaron sus manos
vino de solera, ha dejado al rastro gitano huérfano , el barrio de
Santiago llora en soledad, tu cátedra de toque la pondremos de escaparate para
el mundo entero, y lo dije en una reunión de flamencólogo ante la actuación de
Mercé y Morao, “esa guitarra que está llorando por siguiriya ahora mismo, tiene
culpa del éxito del José Mercé”, y
apartir de ahora como siempre pasa, nacerá una leyenda gitana y pura, “Moraito
chico”, gracias Manuel por sentirnos flamenco y gitano con el sonido de tu
guitarra.
Esta tarde he tenido
la suerte y el privilegio de haber hablado con José Merce, pensaba solo darle ánimo para
intentar aliviar el dolor de su compadre
Manuel “Moraito Chico”, pero estuve
nakerando con José 20 minutos aproximadamente,
compartimos ambos como era Morao
en su personalidad y en su toque, sentí
a Merce ganas de hablar, de soltar, de
gritar, pero lo hizo como sabe hacerlo en un escenario, a lo maestro y a lo
grande, “Morao me hacia cantar con su
guitarra, había día que no tenía gana de cantar y me animaba con su música”, “
Que grande era mi Manue”, la primera vez que habla después de la desaparición de su compadre. Con esta conversación invito a los apasionado
a Merce, al flamenco, que le mandamos apoyo y ánimo para que José Merce , como
uno de los mayores exponentes de este
arte siga su carrera exitosa , porque nunca va a olvidar este dolor, pero si a
aliviarlo, “José ánimo y sigue
deleitándonos con tu gitanería y maestría”.
Morao jamás logró ver el paso del tiempo. Nada más nacer, la
guitarra se entregó a él para hallar su grado más puro y absoluto habitando en
la verdad de lo verosímil, alejándose de armonías virtuosas pero con truco que
se estaba implantado a golpes en el flamenco.
Morao, sin tiempo. Quien ha tenido la suerte de verlo podrá
afirmarlo sin reparo alguno. Desde su jerezanísima seguiriya junto a Antonio
Malena siendo todo un niño en ‘Rito y Geografía del Cante’ hasta sus
inigualables bulerías que sonaban siempre cuando se nombraba a Jerez, su toque
ha ido revelando los antiguos secretos de este arte tan nuestro y con unas
raíces tan profundas, que aún siendo desvelado nadie ha logrado copiar en las seis
cuerdas.
Tanta luz con tan poco artificio. Tanto gusto con tan pocos
ingredientes. Todos imprescindibles y difíciles de conseguir. Una guitarra
filosófica basada y transmitida en unas pocas palabras. Más que suficientes,
por ir directamente al alma. Con la extraña virtud de ser oscuro en la bulería,
y brillante en la más negra de las seguiriyas, logró que en paz convivieran los
sentimientos más instintivos y primigenios del ser humano entre sus trastes.
Una guitarra rescatada desde la memoria de aquellos que lo
amaron y lo vieron crecer, para la memoria de aquellos que escuchándolo tan
solo una vez lo querrán siempre. Una forma de tocar que solo puede mostrarse
por y para el presente. Liberada de pesos pretéritos y de promesas para un
futuro. Únicamente ajustado a su compás tan genuino, en el cual no había sitio
ni excusas para el maldito reloj.
Una guitarra sin tiempo, que ha logrado descifrar las claves para hacerse un hueco merecido en la Historia. dónde no residen los pasados sino exclusivamente las verdades.
Manuel Carrasco
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